«El volante de ese vehículo que te quitaron era tu vida, la de tus trabajadores y familiares.

Todos dependían de ti, y esa vida nunca sería la misma.»

Siempre me había atraído el mundo inmobiliario pero hasta entonces sólo había trabajado con propiedades de mi entorno cercano y del patrimonio familiar. No fue hasta que la vida me obligó a hacer un cambio drástico cuando decidí dedicarme profesionalmente a este sector.

Antes de ese momento gestionaba la empresa familiar, un Centro de Día para personas mayores en Sevilla. Con la llegada del COVID el mundo cambió y sus reglas también. No sabíamos si sería algo temporal o definitivo, pero lo que no podía cambiar era mi responsabilidad hacia las personas que dependían de mí.

A todos nos tocó vivir una transformación similar, pero aquí te cuento mi historia, porque hay cosas que, si trabajamos juntos, podrían interesarte.

Con mi esposa recién embarazada un mes antes de la pandemia, una madre cada vez más dependiente, seis familias de empleados que confiaban en mí, y, por supuesto, nuestros mayores y sus familias, que esperaban que siguiéramos estando ahí cuando todo pasara.

Durante 20 años trabajé ayudando a personas mayores y a sus familias a resolver problemas y necesidades fundamentales. Cada familia era un mundo diferente, con urgencias que no podían esperar y que requerían la implicación de todo mi equipo.

Aunque ahora esté en otro sector, sigo entendiendo mi trabajo y el de mi equipo de la misma manera: estamos aquí para ayudar y resolver problemas.

Cuando entré en el sector inmobiliario, encontré un gran contraste. Muchas cosas me llamaron la atención, y había aspectos que no me gustaban. Quería hacer las cosas de manera diferente.

Para mí, vender inmuebles no es como vender coches,  no tiene sentido. Cada venta tiene un trasfondo mucho más profundo, cada cliente tiene una historia.

Tal vez por ir contracorriente y no tratar a las personas como simples porcentajes ni a las propiedades como meras «captaciones», disfruto realmente de mi trabajo.

Esta forma de afrontar los problemas me ayudó a superar una situación que parecía insostenible y a seguir ayudando a las personas a desbloquear sus vidas, evolucionar y disfrutar de las nuevas oportunidades que les esperan en un paso tan importante como un cambio de vivienda, un cambio de vida.

Si lo deseas, puedo acompañarte en tu historia y descubrir cómo puedo ayudarte.

Iván Casal